una propuesta donde la creatividad se convierte en herramienta de transformación. De la mano de Raúl, del taller artesano Gusidrín, los asistentes podrán dar nueva vida a viejos componentes electrónicos transformándolos en simpáticos robots artesanos que combinarán arte, ingenio y sostenibilidad.rrTornillos, cables, resistencias, chips o pequeños circuitos se convertirán en brazos, ojos y antenas de estas diminutas criaturas, símbolo de cómo la imaginación puede reanimar aquello que parecía inservible. Cada pieza será única, fruto del encuentro entre la tecnología y la artesanía, entre lo desechado y lo creado con intención.rrAdemás de construir su propio robot, el público podrá poner a prueba su destreza con una serie de puzles de lógica elaborados con cables y alambres reciclados. Estos juegos, que desafían la paciencia y el ingenio al intentar separar o ensamblar piezas entrelazadas, invitan también a reflexionar sobre la importancia de observar, pensar y encontrar nuevas soluciones, del mismo modo que hacemos cuando reparamos o damos nueva vida a un objeto.